jueves, 31 de diciembre de 2009

¡Feliz vida!

Partiré con una idea un tanto deprimente: No soy un gran fanático del año nuevo. En un principio lo fui, como cuqlquier niño al que le fascinan las fiestas y que le costaba mucho quedarse despierto para la medianoche.

Luego vendría la adolescencia, y con ello una tradición muy importante para mí en ese entonces: Estar despierto durante las 25 horas que duraba el año nuevo en el mundo. Mantuve esa tradición como desde el 1999 hasta el 2005...

Pero ahí me di cuenta de algo. Da igual si el año termina el 31 de Diciembre. Da igual si hacemos un montón de tradiciones paganas. Da igual todo el trabajo que se le pone a eso. Porque el año pasa, nada de lo que pensaste hacer se cumplió y pasaste el año nuevo de forma frustrante, aburrido y teniendo que pasar peleas y demases. A partir de ese entonces decidí pensar que no valía la pena celebrar ni pensar en deseos para el año entrante, y miro el año nuevo por lo bajo, lo cuál hace que no sea para nada decepcionante saber que algo salga mal.

Este año fue emocionante, y lleno de experiencias que en parte me sobrepasaron. Eso hizo que ahora esté aquí. Pero... ¿Puede mejorar el 2010? Más le vale. Si las cosas siguen como están, creo que sería el colmo.

Por eso, creo que por último declaremos que el 2009 fue una mierda, y si quizás el 2010 también sea una mierda, al menos no sea por falta de intentar mejorar. Espero que todos nosotros estemos con las pilas puestas en que todo lo que dependa de nosotros. Y por favor, no se frustren cuando sus planes no salen. Lo peor que uno puede hacer es lamentarse. Lo mejor que se puede hacer es superarse.

Y bueno, esos son mis deseos en esta fecha. Una fecha como cualquier otra, en la cuál el mundo occidental decidió fijar como fin de un periodo e inicio de otro.

¡Feliz año nuevo a todos!

Y para que bailen un poco, les tengo una excelente canción:

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Capitular.... ¿O era recopilar?

Bueno, heme aquí. Con más dudas en la cabeza de las necesarias. Con la mente confusa pero pensado más claramente. Las piernas están con frío, y no puedo sino pensar en el silencio que está alrededor mío, quebrado por la música que chirria desde los parlantes de mi notebook.

Pero basta ya de prosa rosada. Hablemos de qué chucha pasó conmigo y qué rayos significó mi publicación anterior.

Pues recordando lo que pasó hace ya casi dos meses, estaba yendo en el bus hacia Calama con el equipaje de una vida rellenando un paralelepípedo de casi dos metros cúbicos en un bus y mi propia e incierta vida en otro. Las cosas se veían prometedoras, dado que mi abuelo me recibiría con su mayor satisfacción, dado que él necesita de compañía en un lugar tan hostil como es Calama. Además, me tenía un lugar asegurado laboralmente como administrador de un negocio, y un espacio privado para tener mi pieza.

Pues bien, la realidad golpeó a mi puerta no mucho después, como a mediados de Noviembre.

El espacio que tenía era en realidad un pedazo de la cocina separado por un muro de madera. Eso no implica que fuese pequeño, no señor. Tenía un espacio de 2,5 x 1,5 x 2,6 m3, ideal para mí puesto que todo lo que traía cabía perfectamente. Tenía un espacio para mi colección de latas, muralla de sobra para mis posters y cajas para mi ropa y mis cachureos. De hecho, observen las siguientes fotos para darse una idea:

































































































En fin, mi espacio estaba bien. Pero el problema era el puesto que se demoraba tanto en llegar.Mientras pasaba el tiempo enviando curriculums de forma electrónica y real, y me paseaba por el centro tomando deliciosos jugos de frutas, aún la supuesta seguridad laboral estaba lejos de llegar. Sin embargo, mi abuelo me insistía en esperar, que era un trabajo seguro y que ganaría harto. Sólo había que esperar a que rehabilitaran la electricidad.

Cuál sería mi sorpresa una vez que el trabajo llegó.

Lo priimero fue una reunión con el dueño del negocio. Una de esas personas que sabes a primera vista que será un verdadero "cacho" tratar con él. Partiendo porque antes que nada quería saber qué experiencia tenía en el rubro almacenero. Luego proclamó sus 35 años en el negocio, y cómo "él sabía". Luego mi abuelo dijo unas palabras sobre mis conocimientos pero en fin, quedamos en que sería administrador-consultor. Vería qué fallas tiene el negocio y cómo hacerlo rendir más. Pues que cuando entré el primer día me pidieron que limpiara la cocina para poder habilitar el área pastelera. Ok, ningún problema. Para mí limpiar utensilios y demases estaba de más considerando lo que podíamos ganar con la vetna de pasteles. Pero luego había que quitarle los hongs al refrigerador. Después había que limpiar las mesas, quitar la harina de las paredes, ordenar la bodega, quitar la grasa del horno.... Y así, al tercer día era oficialmente el conserje. Para darle mayor gracia, mi paga consistía en $5000 diarios por trabajar desde las 9:00 hasta las 9:00, con derecho a desayuno, almuerzo y once. No trataba con los clientes ni veía la caja, así que lo de consultor me quedó corto por falta de antecedentes. Y qué decir de "administrar"... Como sea, mi abuelo se sintió ofendido por el trabajo que tenía y que falsamente le habían adornado. Así que habló con el dueño, quien al día siguiente habló conmigo. Y ahí se estapó la olla. Todo era un cuento, yo no iba a ser el administrador ni consultor de nada. Si bien le expliqué que para poder saber qué fallas tiene el negocio hay que hacer un estudio exhaustivo y largo sobre lo que se vende, cómo se ve el local, y etcétera, el dueño fue bien claro: A él le importaba ganar plata. Y el negocio como está, sin siquiera vender pasteles, rinde plata. Así que tenía que quedarme con lo que podían entregarme. Y así, sin ton ni son, me resigné a seguir limpiando.

Unos días después, me mandaron a realizar trámites. Querían ver si podían abrir la pastelería de forma legal. Claro, una simple hojeada a los papeles que me entregaron me hicieron saber que el local estaba lleno de irregularidades. No estaban al día los papeles de avalúo fiscal (eso fue lo único que le correspondía a un tercero, el dueño del sitio), habían multas por SII y el SEREMI de salud por operar la pastelería sin permiso, y los derechos de aseo no estaban pagados... Ya, como sea. Mientras realizaba eso mi mamá se enteró de mi empleo de mala muerte y me ofreció una alternativa: Ir a El Salvador a vender artesanías a una feria a la que nos invitó mi Tía Teruca. No cavilé ni nada, me lancé a los leones y tomé los buses que me llevarían a esa desolada ciudad-campamento y a mi relato anterior.

No digo que me fue excelente. Digamos que en total neto salieron como 60 lucas. Pero para los estándares de ventas que tenemos fue poco. Sobrevaluamos el potencial de gasto de los trabajadores de CODELCO. Aparte, la feria se hizo justo entre el suple y el día de pago ("suple" es el anticipo), y era el único, sino uno de los pocos afuerinos de la feria así que nadie me conocía y por ende no existían fiados. Como sea, volví a San Pedro con la mayoría de la mercadería, sin empleo otra vez. Y ahí tomé la desición de probar suerte acá en San Pedro.

En parte también la desición la tomé con otras variables encima. Mi hermano necesitaba urgente un buen repaso en matemáticas y química si quería pasar de curso, y mi mamá se oba a Santiago-Valpo con Samuel, su pareja. Por lo que mientras cuidaba de la casa, la perra de Samuel y mi hermano, salía a dejar currículums y asistir a entrevistas.

Pasaron dos semanas antes de que tuviese el puesto que tengo ahora.

Sí, el ahora. En estos momentos son las 4:40 de la mañana. Trabajo en el Kimal, uno de los mejores hoteles de San Pedro de Atacama. En estricto rigor soy un reemplazante, o sea relleno los puestos vacíos de lo que se necesite, pero me sesgaron a trabajar como nochero, recepcionista o "mantención" (maestro chasquilla). Trabajar de nochero es lo más simple, sólo debo preocuparme de las luces, el portón, los turistas que se deben despertar temprano y barrer. El recepcionista hace más papeleo. Y realmente no se requiere mucho conocimiento para arreglar lo que se eche a perder, más allá de electricidad, gasfitería y mezclar bien los polvos de cloro en la piscina.

Aparte de eso, mi hermano logró pasar de curso. Estoy aprendiendo francés. Me estoy volviendo una persona más relajada, aunque eso lo dejo para otra entrada. Y me llevo bien con Samuel, dado que por un lado pensamos demasiado parecidos ("las mentes raras piensan igual" o algo así), y por otro él es súper tirado a la talla, lo que me ha ayudado a relajarme. Quizás lo único que me complica en estas horas es mi postulación.

Verán, la idea es irme a Iquique con mi hermana y así compartir gastos mientras estudiamos. Pero no imparten carreras profesionales relacionadas con la electrónica allí. Lo más cercano es informática. Por otro lado, están los técnicos. Pero me fue bien en la PSU. No tan bien como quería pero bien (L 674, M 756, C 734, H 664, NEM 702), y el punto es que adonde postule en Iquique quedo. ¿Pierdo esa oportunidad por un técnico?¿o me inclino por los beneficios económicos?¿o me voy a otro lado?¿y los gastos? Y eso que no estamos tomando en cuenta otra opción de tipo laboral...

Eso, pues. Ya se acerca el momento de regar el frontis así que lo dejo hasta acá. Creo que lo único que podría decir que me falta es su compañía. En serio, es difícil vivir donde nadie te conoce salvo tu familia. De repente una charla de amigos se hace tan.... Complementaria. Como si extrañara el aceite de unos buenos tomates con cebolla.

En fin, espero les esté yendo bien. Yo comentaré cuando pueda. Al menos de madrugada se hace más fácil. Feliz solsticio de verano a todos.