domingo, 13 de noviembre de 2005

La animación e historietas de toque japonés.

[Esta nota también puede ser leída en inglés]

Com antecedente, volví hace unas horas de la FanExpo, la cuál para mí fue una grata y buena experiencia, y es por ello que agradezco que Marisol me hubiese dado la información (en realidad, digo que me invitó, pero ella insiste en no haberme "invitado" pues no me pagó la entrada). Ahí me dí cuenta de que no debía por qué sentir "miedo" de los llamados "anime" y "manga".

¿Por qué miedo? He conocido personas que se han vuelto obsesivamente fanáticas del género, y temía que mi ya característica tendencia de ser un obsesionado de lo que agarro se vuelva hacia eso de manera de que no haya vuelta atrás. Pero, claro, en la expo había gente así, como a la vez había gente normal, como usted y como yo, que sabían su resto, que venía porque vieron tal o cuál serie, o que simplemente no saben nada e igual les interesa participar. Y para mí, ver a toda esa gente alegre, cantando en escenarios, disfrazándose de lo que le gusta... Aún no encuentro esa palabra, parecída a "identificación", que descibre lo que sentí ahí. En inglés le dicen "sympathy".

Ahora bien, yo en sí apenas y pude reconocer un 15% a 37% de todas las series y sagas a las que hicieron alusión en productos, canciones o disfraces, pero igual tengo un piso del cuál sostenerme. Sé, por experiencias de infancia e información entregada por amigos, rasgos generales de un manga o anime, los cuáles he tratado de asimilar pero hasta el momento mis manos son reacias. También estoy enterado de ciertas expresiones, tanto usadas en conversación coloquial como de conceptos relacionados con el género. También estoy muy interesado (no exactamente por el rubro, pero sí por la tecnología y por las investigaciones científicas en el ámbito biotecnológico) en aprender japonés, lo cuál para ser autodidacta me ha costado mucho. Y otra cosa más: Soy un "otaku", pero no el sentido "No, este tipejo es un fanático de lo japonés", sino en el sentido estricto de la palabra. Marisol me explicó que yo soy un otaku porque otaku viene de:

O: Prefijo que denota maestría o autoridad.
Taku: Casa

Literalmente "Sr. Casa", o sea que soy un fanático que llega a estar encerrado en su casa por ello. Y de hecho, soy un otaku de webcomics (vean los 62 de la lista de vínculos, más todos los demás en la cola que en total suman como 83). Me encantan. Simplemente no hay otras cosas, salvo series de dibujos animados, que me hagan reir tanto. O pensar tanto, cosa importante.
Ya, quitaré el tono personal y empezaré con un tópico que he (no pude quitarlo) querido comentar hace unos días, y que renació el la convención durante una conferencia de unas dibujantes de "manga chileno".

Verán, en sí las tipas dibujan al estilo manga. PERO NO ES MANGA. El manga es cómic hecho por japoneses (cualquier cómic), y ellas no son japoneses. Tampoco todos los otros individuos que usan el estilo alrededor del mundo. Y eso se los criticaron algunos asistentes. Pero ellas lanzaron que, se podría decir que es amerimanga, pero TAMPOCO ES AMERIMANGA. El amerimanga, como la misma expositora nos explicó después, tiene en su raíz una trama y personajes del sector norteamericano, por ejemplo superhéroes. También es despectivo, porque restringe el estilo a este continente, cuando hay europeos, gente de oceanía, algunos africanos y miles de asiáticos haciendo lo mismo. Entonces ¿Qué es?
Fue muy gracioso para mí presenciar esa discusión, pues ya la había escuchado antes, y ya tenía un concepto, propio (peco de engreído aquí, si alguien ya lo tenía avíseme que no se lo he escuchado a nadie más), para definir el estilo. Verán, si es manga, pero hecho por extranjeros ¿Por qué no fusionar las palabras "extranjero" en japonés y manga? Con un poco de ayuda, descubrí la solución:

Manga extranjero = Gaikokujin Manga
Gai: Afuera
Koku: País
Jin: Persona

Resultado final: Gaikokumanga

Y de hecho, lo mencioné en la conferencia. Aquí confieso mentir, diciendo que "el término está en boga", pero explicando por qué encontraba bueno el concepto muchos miembros del público y los mismos expositores lo encontraron adecuado. Así que en ese momento me propuse ir más allá y probar la teoría de los 100 monos ¿Cómo es eso? Fácil, promocionaré el concepto en tantos lugares y con tanta gente (ojalá con un buen grado de participación) y ver si la idea se expande, se pule y quizás se llegue a un concenso. Francamente, creo que el concepto es bueno, claro y general.

Eso. No mucha gente lee esto, lo sé. Pero veamos... A ver qué sale.

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