domingo, 5 de noviembre de 2006

La lluvia y el sol.

Hoy desperté a las seis de la mañana o algo así. Estaba oscuro, y es raro que me despierte tan temprano sin razón aparente. Podía oir el canto de muchos pájaros a través de mi ventana y las murallas. Sentía una gran actividad allá afuera. Luego creo que empecé a soñar o a pensar en todo lo que ha pasado. En cómo este año tan vertiginoso y lleno de cambios está llegando a su fin. Finalmente, despierto de nuevo por la fuerte vibración de mi teléfono celular. Y observo cómo todo estaba cubierto por el agua allá afuera.

Bueno, es entendible que haya llovido un poco. Estamos con El Niño a cuestas, lo cuál nos dará más de una sorpresa por estos meses. Y estos tiempos tan extraños y caóticos también estarán llenos de eventos como estos, si las predicciones que tanto se pregonan son ciertas. Aparte que en ese momento mis ánimos no estaban como para pensar en positivo, sino más bien pensaba que el tiempo reflejaba mi estado de ánimo. La lluvia ya pasó, quedan las grises nubes.

Pero después, me dí cuenta de que no me servía de nada estar así. Y de hecho, cómo me podía sentir así después de la inolvidable experiencia que tuve estos últimos días. Cómo podía ser tan obtuso para centrarme en los contras, cuando hay tantos o más pros a los cuáles agradecer su existencia. Y es así como no me fijé en lo gris del cielo, ni en lo obscuro de mi casa, ni en lo malo que me podría ocurrir. No, eso ya no existía. Ahora es tiempo de seguir, de hacer lo que uno encuentra correcto. Y corrí, corrí por las calles con los brazos abiertos y una sonrisa que no mostraba desde hace tiempo. Y gritaba, aullaba al cielo y al mundo que no se movía alrededor mío, porque todos se fijaban e lo gris. Yo no. Yo disfrutaba el rocío y la humedad en mi piel, el viento fresco en mi rostro, el aire limpio en mis pulmones. Pues ahora amo de una manera que no pude experimentar antes. Porque estoy al fin construyendo mi vida, estoy disfrutando de cada instante de ella. Y me encanta.

Además, después de la lluvia, después de los hermosos rayos y el agua que limpia todo lo que nos rodea y purifica cada rincón que toca, aparecen trozos de cielo azul. Un azul casi celestial, de esos que uno no encuentra ni en la ropa y que niguna tintura podrá igualar. Y las nubes se vuelven blancas como lana de la más jovial de las ovejas. Como algodón de las plantas más tiernas. Como el fulgor más grande que una enana blanca puede emanar. Y, ya no como un pesado disco de calor sino como un gran plato de luz, aparece el sol. Y nos irradia no con molestia, no con pesadez, sino como una invitación. Una invitación a movernos, a ser lo que nosotros queramos ser. A decidir al fin y de una vez por todas qué desea cada uno. Y así nueva vida aparecerá frente a nosotros. Y podremos ser. Vivir. Amar.

Y por Dios que ojalá todo el mundo pudiese hacerlo.

Les recomiendo escuchar los deliciosos sonidos de Lemongrass (sobre todo "Lightning Fire" del álbum "Solar Incense"), las interesantes letras de Foreigner, y el notable marco instrumental de Evanescence.

viernes, 25 de agosto de 2006

El sol

Un poco de Italia entró a mi vida el Sábado, un rato después que desperté de una excelente fiesta de disfraces.

No sé si ustedes tengan el estereotipo, pero ese Sábado desperté cegado por la luz del sol y sofocado por el calor que emanaba mi pieza. Abrí mi ventana y allí estaba, el sol radiante como sólo lo hace en verano y las plantas verdes y saludables, algunas llenas de flores. Eso de inmediato me hizo asociar el, en parte inestable, clima mediterráneo que tenemos acá con los campos de Italia.

Pero también había algo que me hacía sentir bien, más allá de que el día en sí estuviese apto para salir a ordenar el patio. Y era el hecho de que bailé, comí y me entretuve de lo lindo en la fiesta de la noche anterior, y eso hizo que de alguna manera mi cuerpo se sintiera sanno y completamente funcional, sin dolor de espalda y lleno de energías.

Qué más decir... Igual sé que después maldeciré al sol por ser tan quemante. Pero qué va.

viernes, 18 de agosto de 2006

¿Valdrá la pena esperar?

¡Qué bueno fue el cambio! A pesar de que aún no logro adaptarme lo suficiente, creo que podré manejarme con los tiempos y tratar de seguir normal como siempre.

Ahora bien, últimamente he estado abocado a la realización de un programa de radio, el cuál transmitiremos pronto por la radio del lugar. No sé si después que termine el asunto de la reforma de campus continúe en él, pero confío en que al menos habré puesto mi grano de arena en el desarrollo de esto.
Los problemas que más me dfificultan el proceso de realizarlo en pleno es el tiempo y el hecho de que soy uno, y es por eso que voy a promocionar el programa y a la vez pedir a yuda para formar un equipo de trabajo. Se supone que si lo logro formar en el corto plazo, podremos tener el programa corriendo ya para la última semana de Agosto.

¿Se acuerdan de Katherin? (Y sí, al final se escribe así) Pues resultó que tendré que esprar un tiempo más. Pero no me procupo, pues si hay algo de lo cuál presumir es paciencia. Aparte, sé que ella está interesada en forjar una relación conmigo, pero debe primero darse un tiempo. Ella tuvo muchos problemas con su antigua pareja. Y es lo lógico, supongo.

Bien, ahora se supone que estoy enviando los folletos por correo electrónico. Espero una pronta respuesta mientras mi celular se carga. Ahora bien, hay algo que debo admitir: Este blog es aburrido, sólo hablo de cosas demasiado personales (aunque han habido artículos de índole social con poca acogida, pero qué va). Es por eso que, dentro del mediano plazo, voy a hacer uns cambios para colocar mi webcomic en este lugar. Lo encuentro lo mejor, ya que ya tengo este espacio para escribir. ¿Por qué no darle un mejor provecho? Podría hacerlo al estlo de Extra Life o algo así.. Claro, si logro encontrar la plantilla adecuada.

Bien, creo que eso sería por estos días... Si de repente me escuchan en la radio, al menos pretendan que les gustó :D

miércoles, 5 de julio de 2006

Reflexiones a futuro...

Recuerdo cuando comenté que el primer semestre del año pasado lo sentí pasar como un año completo, más que nada por el paro y todos los eventos que ocurrieron esa vez.

Y ahora, siento que este semestre pasó en unas pocas semanas, y aún así pasaron cosas increíbles.

Si saben inglés, se habrán dado cuenta que en mi otro blog hablé tanto de Felipe como de Catherine. Puntos fijos en el comienzo de un nuevo ciclo de situaciones, que ojalá sean entretenidas y dignas de contar. Pero eso no es mi único punto a tratar el día de hoy, mientras espero a que sean las siete y media y me vaya de la universidad por hoy.

El punto es que se acerca mi vigésimo primer cumpleaños, el cuál dicen que marca una etapa. Y bueno, con cada momento en que se acerca una fecha fundamental para uno, viene un momento para pensar en todo lo que nos ha ocurrido hasta ahora. Y lo que haremos después.

Debo admitir que estos años no han sido buenos ni malos. O sea, han sido buenos y malos, pero a la vez pueden examinarse desde otro punto de vista y concluir que los malos no eran tan malos y los buenos no eran tan buenos. Pero el punto es que ocurrieron, y hay que superarlos y vivirlos sí o sí. Esto fue lo que sentí después de pensar en el primer concepto que a cualquier carretonero se le ocurre cuando habla de un cumpleaños (Nótese que Eduardo me llamó hace unos días preguntándome por qué no hago un carrete en mi casa que habíamos concertado hace meses): La fiesta de cumpleaños. Ya, para que sepan, traté de hacer una fiesta de disfraces el año pasado pero no resultó, terminé siendo el único disfrazado. Y de todos los que invité, fueron los que realmente me importaban, mis amigos.
Y aquí cae el primer asunto a reflexión: Cuando pensaba a quiénes invitar, me dí cuenta que un gran cambio ocurriría, pues los amigos que tuve hace sólo medio año ya han tomado otros rumbos, ya no los veo tan seguido y ni siquiera sé si vendrán una vez que los invite. Eso sí, a principios de año ya había hablado con el personaje principal del asunto (Felipe. Pero no el que conozco ahora, otro Felipe) y concertamos que no habría presiones pàra juntarnos. Y eso sumado al hecho de que no puedo contactarlo salvo por correo electrónico, me deja en el lugar que estoy ahora. Lo mismo para Marisol, con quien a veces suelo conversar electrónicamente pero su tesis la tiene muy ocupada. Con Elizabeth perdí el contacto hace mucho más tiempo. Creo que el único que se ha mantenido en el tiempo es Daniel, el cuál ha cambiado de trabajo y de casa pero sigue siendo el mismo simpático de siempre. Ahora bien, sigo juntándome con Oscar y Paula, pero es una relación bastante unidireccional, no parece que les importe demasiado. Oquizás y así son ellos, igual me desgasta ser el único que se mueve. Con Eduardo sigo teniendo la misma relación unidireccional en el sentido inverso, lo cuál no me molesta, pero... Bueno,. hablaré de ello en otro momento.
También me dí cuenta que estas otras personas (Catherine y Felipe) se habían unido recientemente, pero las estimaba tanto como amigos que serían invitadas sin tribulaciones. Esto significa que estoy en un momento de cambio bastante importante, y que espero que todo resulte como espero: Con todos felices.

Siempre digo, una vez que asevero algo, que puedo estar equivocado. Al fin y al cabo, perfectamente pude enviarle una carta a Felipe y/o Marisol durante todo este timepo para invitarlos a alguna parte. Pero el discurso de Felipe impactó profundamente en mis sesos, y no quise intentarlo. Con Marisol sí, pero ella está ocupada. Creo que lo que más me impactó esa vez fue tener que enfrentarme a la idea de que incluso amistades que se forjan durante muchos años pueden ser efímeras, que todo cambia. También me dí cuenta, gracias a ello, que era muy dependiente del resto para hacer algo. Que perfectamente podía realizar cosas solo y entretenerme solo, y así me uní a cuanto curso encontré para sentirme mejor (y gratis): Música, yoga y salsa. También me dí cuenta que uno no puede forzar a que las cosas sigan como están, a que el otro siga pensando lo mismo, y que si Felipe (el otro) está incómodo conmigo, dejarlo ir y que haga lo que se le antoje. Por lo menos así él estará feliz, ¿No? Por lo que no fue ni malo ni bueno lo que ocurrió, sólo pasó, y aprendí de los que pasó. Menos mal, porque también recordé por qué muchas de las amistades que tenía antes de Felipe y Marisol se perdieron (aparte de los innumerables viajes que hice alrededor de Chile durante mi infancia): Mi insoportable dependencia, que hacía que estar conmigo todos los días se hiciera un tedio. Y así, espero no cometer el mismo error con Felipe y Catherine, y dejarlos respirar, no tener que estar con ellos apenas los vea, y confiar en que estarán bien sin mí.

Ya, eso está resuelto. Ahora bien, ¿Qué pasó que nunca hice el webcomic? Bueno, tres cosas: Miedo, flojera y desorden.
Miedo, porque muchas de las cosas sobre las que quiero dibujar y hace rque la gente se entretenga le han ocurrido a los que me rodean. ¿Qué pasa si, de repente, mi hermana se enoja por cómo la dibujé en el cómic?¿o Felipe reclama porque dibujé su problema con Paula?¿mi papá ve las cosas que hace mi mamá?¿Eduardo se enoja por lo que pienso de sus discursos?¿u Oscar? Esas preguntas las llevo conmigo desde hace años, desde que empecé a obrar la idea de un webcomic en que utilizaría ideas de la realidad y las traspapelaría al papel. Porque, a decir verdad, temo la fama. Temo que la gente que conozca sepa de esa fama y vea cómo los dibujo. ¿Qué consecuencias trae la fama, si es que la hay? Pues existe la posibilidad de que nadie lea lo que dibujo, lo cuál también trae esa pena de que no se rían, pases como un cometa atravezando a mediodía nuestra atmósfera. O sea, nada. Y la idea es que se rían.
Flojera y desorden, porque me cuesta organizarme bien en los tiempos. Con tanto tiempo libre que tuve este semestre, perfectamente pude haber hecho el webcomic, subirlo a una página y actualizarlo semanalmente mientras asistía a clases, estudiaba y me sacaba buenas notas, mientras iba a los talleres de salsa, yoga y música (y probacionismo, pero eso es otra historia) y tomo una unidad de investigación, junto con toda la demás rutina de siempre. Pero ¿Qué hago? Me quedo dormido en la cama, me masturbo mentalmente haciendo nada. Y eso es falta de orden, flojera al ver ese montón de horas que cumplir y un horario que respetar. Y francamente, me estoy hartando de ello. Pero ¿Cómo superar? He tratado por todos los medios de despertar. Excepto las ideas que requieren plata el judío, diría mi mamá. Quizás y sea un asunto de voluntad, de constumbre, de algo que no contemplo en mis casillas. Y bueno, se viene un semestre un tanto duro, con ramos duros y horario pesado (o al menos eso parece), por lo que mi oportunidad pasó. Quizás y después de acostumbrarme al segundo semestre logre motivarme y subir la página de una vez.

Confiemos en que la fiesta resulte de la manera tan optimista que pienso. Muchos cambios han ocurrido, y esta fiesta los reflejará. Ahora mejor me voy a estudiar para la última prueba de Orgánica, que está medio complicada.

53 114!!

lunes, 19 de junio de 2006

Debería encontrar una mejor forme de poner lo que pienso aquí. Parece que no le estoy tomando la atyenciçón necasaria al objetivo de tener un blog. Buerno, de ahí escribiré mi fascinante y aburrtida vida.

Nos vemos

jueves, 11 de mayo de 2006

(Temas tan variados, que no se engloban en un título)

[NOTA: Revelación de tramas de película chilena "Fuga" y otras más. Lea bajo su propio riesgo]

Colmé mi paciencia ayer, al salir del mall. Lo cual, ahora que lo pienso, fue algo que me pude tomar con más calma. Pero me sentía mal, dejé ilusionarme de nuevo y caí frente a la cruda realidad de la monotonía, de la absoluta enajenación. La depresión que tanto nos envuelve.... O al menos aquí, no sé del resto.

El detonante de esta descarga ocurrió despues de mi ida al cine. Vaya que no he ido al cine en meses, creo que la última película que ví en el cine fue.... Emm... "Los Increíbles". ¿O era "Shrek 2"? Bueno, la que haya salido última. El punto es que fui a ver "Fuga". ¿Por qué "Fuga"? Pude haber desperdiciado dos mil pesos en otra película, como la acción orgásmica de "Misión Imposible III" o el humor infantil de la segunda parte casi forzada de "La Era del Hielo" (Hasta elmomento, la publicidad fue lo mejor... Jeje, iAge). También pude ahorrarlas y decepcionarme por la diferencia entre la película de "El Código da Vinci" y el libro. O quizás no, porque no he visto ninguna de estas películas, y no puedo prejuiciarlas. Pero bueno, vuelvo. ¿Por qué "Fuga"?
Bueno, primero: Música. ¡Oh, la música! No puedo vivir sin música. Quizás y por eso me adueñé de los parlantes Panasonic RP-HT275 que se suponía eran para el computador. También por eso mis gustos musicales son tan variados como todos los colores de 32 bits. Y bueno, cuando vi la sinopsis en las noticias, me gustó la banda sonora. Lo cual nos lleva al otro motivo: Me ilusioné al ver la sinopsis, y la nota que cubrieron en las noticias al respecto del preestreno. Miraba esas escenas tan bien hechas, los actores tomándose en serio el asunto, todo lo que tuvieron que hacer y el tiempo que se tomaron en realizar la película... Y supuse que esta era la película que haría reflotar el cine chileno, que lo haría cambiar el concepto de una vez por todas...

Y después de verla, me dí cuenta que estaba equivocado.

Ya, no del todo, lo admito. La fotografía es excelente, la puesta en escena también. La banda sonora le pega mil patadas a muchas producciones del género (aunque esta es la primera que aborda la música clásica), pero ¿Qué salió mal? pues TODO EL RESTO. La trama era excelente hasta que ya por el final pierde el sentido y se vuelve una monotonía. Habían escenas que sobraban, pero cómo sobraban. Más encima, caemos de nuevo en los hoyos típicos del cine chileno: Sexo, resentimiento, frustración, depresión, y ese sentimiento tan pegado a la sociedad de mirarse en menos. Digo, HUMILDAD PERO NO ESCLAVITUD, por Dios. ¿Siempre tenemos que ponerle alguna escena de sexo a una película? Ya, "Sexo con Amor" era como obvio. Pero igual, no venía al caso. A lo más la escena en que recuerda a su madre. Y esa escena en donde lo tiran pah' arriba y pah' abajo al argentino, puchas que da lata saber que es cierta. Eso de burlarse es tan típico de nosotros, cosa de mirar "Morandé con Compañía". Bueno, debo admitir que igual cuando veo "Padre de Familia" me río de mofas mucho más directas. Pero no sé, como que hay algo distinto entre esos dos tipos de humor.
Y eso de que se muere... No faltaba más, al final todos pierden ¡Igual que toda película chilena que he visto! Ni siquiera el gringuito queda feliz cuando reencuentra a su familia. A lo más en una que otra comedia, pero porque no puedes hacer una comedia frustrante. Me da lata ver cómo seguimos cayendo en el mismo hoyo de reflejar lo mal que nos sentimos, lo mal que nos irá y que no hay salidad, porque eso es lo que se nos queda grabado en el subconsciente al salir del cine. Y después preguntan por qué tenemos un país con un cuatro de la población en depresión, y un tanto más estresada. ¡Vean las noticias!¡vean la vacua sociedad en la que nos metimos! Todos son felices, menos yo y mi familia.

... Mmmmm, bueno, espero que eso cambie. Otra película más que la caga, pero aún hay esperanzas de que alguien haga algo bien. Un amigo me dijo una vez que "Para que los demás sean felices, debes mostrar que estás feliz", lo cuál no deja de ser una buena idea. Hagamos buen cine, sin sexo sinsentido (no descarto el erotismo o una escena de acción sexual bien puesta. Pero bien puesta, claro), sin esos finales que nos dejan más bajoneados que cuando entramos. Tratemos de sonreir más, no pongamos esa cara de que no nos alcanza el sueldo, a pesar de que sea cierto. Porque, bueno estamos vivos ¿No? Saludables en su mayoría, con una familia, sea ésta de sangre o no. Y aparte, uno puede con algo de esfuerzo hacer muchas cosas relajantes en el día. No caigamos en la frustración. Apaguen la tele, sáltense las secciones idiotas de los diarios. Pongan música y váyanse a gozar, con moderación.

Eso. Por favor. Quiero que mis hijos sean felices en nuestro país, y no felices en otro.

domingo, 23 de abril de 2006

Malos hábitos.

Me duele la cabeza terriblemente, y ojalá fuese porque me entretuve de lo lindo en alguna parte. Pero no, me duele porque me desperté a las once de la noche.

... Antecedentes: Lo último que recuerdo es que desperté de la cama de mi hermana, las vi a ella y a la hija de la Señora Irene (una persona muy bondadosa que limpia la casa cada vez que la llamamos, a cambio de dinero claro) en el computador, balbuceé algo sobre esperar a que se instalara el antivirus, me fui a mi pieza y me lancé a mi cama.
Eso como a las cinco de la tarde.

Ahora estoy mal. No sólo porque no pude contestar muy bien la prueba de electromagnetismo, sino porque mi cuerpo ya no resiste tantos embates. Me desperté apurado a las nueve y media y llegué una hora atrasado a la prueba, a pesar que fue mi culpa bajarle el volumen a la radio y volverme a dormir, lo cuál ocurrió porque me fui a dormir a las cuatro de la mañana y lo puse a las seis.

Aunque debo admitir que no fue del todo malo este día. Durante mi estadía en la micro, conocí a un artista. Un viejo ya con canosidades y calvicie notorias, con una chaqueta y gorro que le daban un aire retro, como alguien que se estanca en el tiempo y rememora viejas épocas. Ahí estaba él, recitando poemas que no conocía, y hablando de tiempos que no fueron ni mejores ni peores, pero que fueron. Vaya que sabe, me dije. No sólo de poesía, sino de historia y de muchas otras cosas. Quizás sea porque lo observaba como un niño frente a su sabio padre, pero él después de pedir algo de dinero por recitar, se quedó conversando conmigo. Me contó de instrumentos chilenos, de la lengua chilena (me entregó unn folleto de vocablos mapuches que aún conservo y pienso colgar en el diario mural), de cómo su padre se las ingeniaba para vivir y él también lo hacía. Sobre como ha recorrido Chile y parte de Latinoamércia, sobre esa vez que Patricio Bañados le pagó 27 lucas por darle unos minutos de televisión. Él se notaba que tenía fe, y esperanza, y quizás por eso tanta gente lo conoce, lo recuerda por su voz o su imagen. De hecho, la persona que estaba sentada al lado mío me contaba sobre la vez que actuó como borracho en un bar de Valparaíso. Para mí fue muy tranquilizador escucharlo, me hizo olvidar de una "úlcera de pruebas" que aparece en esos momentos, y me hizo pensar... Si él se sentía tan bien así, con mil pesos más de los que esperaba recolectar en el bolsillo, con el número de teléfono de un futuro filósofo que quiere ser su amigo, con todos los chinos que visita cada semana, con conocimientos de cocina, literatura y cultura, y con una mujer que lo ama a pesar de no entenderle a veces.... ¿Debería sentirme desdichado? ¿debería sentirme mal sólo porque llego atrasado a una prueba que ni siquiera debería dar, por tantos proyectos que yo me impongo (voy a enviar unas propuestas para pintar la muralla del baño de la facultad, y el presidente deL CEC me pidió que elaborase un proyecto de evaluación y construcción de nueva infraestructura para la facultad de ciencias), porque me falta una polola que ni siquiera me he dado un mínimo estímulo para buscar? ¿acaso no debería sentirme agradecido de que tengo una casa, dinero para comer, ir a la U y estudiar allí, una familia que me quiere demasiado, y amigos que a pesar que no veo muy seguido me estiman de la misma manera que los estimo a ellos?

Bueno, quizás y esté increíblemente molesto porque el antivirus no se reinstala (no sé por qué a mi papá se le ocurrió desactivarlo), o porque se me tapa la nariz con mucosidades, pero podría estar peor, y es mejor estar así. Mejor tener fe y esperanzas de que será un día mejor el de mañana.

Me pregunto, ¿Cómo podría ayudar a que mi entorno, mi ciudad, mi comuna estén mejor? Hoy vi Santiago cubierto de una nube de smog demasiado densa, y me da pena verla, porque a pesar de todas las falencias, este es el lugar donde vivo. Y me gustaría que el lugar donde vivo sea mejor, con un entorno limpio, con gente que no se siente molesta por viajar o por vivir. Sin prisa.

Ya, mejor dejo de pensar y me voy a dormir... De nuevo, espero lograrlo. A propósito, ¿Alguien ubica el nombre de esta persona, la que recita? Más o menos bajito, metro sesenta, gordo, con unos ojos marrones (¿O verdes? no lo recuerdo) bastante penetrantes, calvicie por arriba, un mechón que le cruza la misma, un gorro de taxista, chaqeta marrón. Recita poesías, actúa como loco o curado sin serlo, critica lo que está mal en Chile y el mundo, gusta de conversar y de aprender lo que conversa. Y, sobre todo, tiene fe. Si alguien lo ha visto, o sabe de quién se trata, díganmelo para anotarlo y, en unos años más, comentárselo a mis hijos y nietos. Sobre el hombre que le daba esperanzas a los transeúntes.

jueves, 20 de abril de 2006

¡Tú!

Debo admitir que este día ocurrió algo que no muchas veces ocurre: Los tres nos cepillamos los dientes.

¿Cómo? Bueno, entiendan que por lo general o me voy antes o después de las 7:45, hora en la que mis hermanos por lo general dan sus últimos arreglos para ir al colegio. Pero esta vez quise levantarme temprano para poder componer la canción que quiero dejar en el concurso de covers. Así que me vi frente al espejo, lavándome los dientes con Francisca a un lado y Felipe al otro.

Y ahí me dije "¡Oh! Justo en las edades!"

Claro, ya dije que iba a hablar sobre esto unos meses atrás, pero lo recordé en ese momento. Más que nada, el problema recae en el conflicto generado entre un preadolescente, una adolescente y un postadolescente, en teoría. Primero, los participantes.
Francisca se caracteriza por tener una personalidad fuerte. Muy crítica de los que la rodean, obstinada, bastante mandona (casi como una madre). Para ella todos pueden ser aún más estúpidos de lo que ve, y claro, nosotros también podemos caer de repente en la categoría. Al ya tener 15 a 16 años, también está en pleno zapateo hormonal (concepto acuñado por mi madre), lo que la deja con los clásicos estados variables de ánimo y un desarrollo corporal notable, otra razón más para considerar a sus compañeros masculinos como unos babosos.
Felipe, él sera probablemente el primero de la hermandad que tendrá polola. "Tallero" en extremo, verdadero comediante de la burla entre sus pares. Más encima, bajo la tendencia que le proponían sus amigos y el emulador de PLayStation, terminó en las modas de punk melódico y demases variaciones del género. Claro, para mí es otro estilo con sus buenas y malas canciones, pero a él le cayeron directo en el cerebro, al igual que ese sentimiento anti-flaite que juraba perdido en las ondas de radio que ya deben de estar pasando por el sol. Poco tolerante, fácil de enfurecer, no soporta que lo insulten a pesar de molestar a medio curso.
Nelson, el que escribe, pasó a ser un participante mudo de la historia, con el poco tiempo que paso en la casa (casi siempre frente al computador). De repente y lanza sus comentarios locos, empieza a actuar alocadamente y actúa de maneras inexplicables. Coleccionista obsesivo, sumergido en las maravillas del internet. Un cuasi docto en folklore contemporáneo. La persona más paciente y reflexiva del trío.

Ya lo ven venir, ¿No?

Ahora a los conflictos. Entre Francisca y yo casi no nos hablamos, más que nada por el tiempo. Sus prejuicios hacia lo masculino también la están alejando, pero igual nos respetamos y nos queremos. Casi nunca peleamos, excepto cuando en verdad ella está equivocada y necesito hacerla entrar en razón. Entre Felipe y yo conversamos más, debido a nuestra competencia por el computador cuando vuelvo de la universidad. Básicamente, me molesta por lo que hago, y le respondo con lo que él hace. Igual gana al final, pero no me importa. Aparte de eso, existe cierto respeto, en el cuál si uno de los dos hace algo indebido se lo dice al otro para que lo rectifique. Ahora bien, el problema mayor ocurre entre Francisca y Felipe, quienes se insultan y pelean bastante seguido.

La forma omo ocurren estas peleas es casi predecible: Uno apunta al otro algo que no está haciendo bien. El otro se molesta por ello, y lanza un comentario. El uno se irrita frente al comentario y responde de forma más ácida. Se repite el círculo hasta que uno de los dos lanza un insulto que molesta sobremanera al otro. Empiezan los golpes, a falta de palabras. Y por lo general yo o la mamá los separamos, si no es que éstos se enfurecen a tal nivel que se encierran en sus piezas. Felipe alega que le carga que lo insulten. Francisca alega que Felipe es idiota... Al final, nadie asume culpabilidad alguna. Y ahí quedamos.

¿Qué se puede hacer frente a esto? He conversado varias veces al respecto con cada una de las partes. A Felipe le recomiendo que no se enfurezca tan rápido, y que no pesque tanto los comentarios de Francisca. A Francisca le digo que deje de tratar a Felipe como un niño, y que no es necesario insultar para corregir. Aún así, las peleas siguen, y sigo separando. Confiemos en que los años nos hagan madurar....

miércoles, 29 de marzo de 2006

Me van a pegar...

[LÉASE ESTE ENCABEZADO ANTES DE CONTINUAR. Para comprender los contenidos y la crítica en la que recae este artículo, considere la historia contemporanea de la República de Chile]

Ahí estábamos, un tanto decepcionados y a la vez con el pensamiento de derrota cantando sus versos de victoria en nuestras mentes. Era suponible, pensé yo. A mi mamá le molestó estar en lo correcto cuando, hace dos meses, nos dijo que esto pasaría. Y ahí estábamos, con la declaración oficial de victoria, ese extraño y caluroso día de Enero. Más bien, esa tibia noche de Domingo, cuando Bachelet había sido proclamada como nuestra presidenta entre el 2006 y el 2010.

Con el transcurso de los días (y meses), nos dimos cuenta de lo extraño que estaba el ambiente después de esa elección. En las funciones de teatro que nos daba la municipalidad, se vitoreaba a morir lo de izquierda y se destrozaba a abucheos a la derecha. Tamién en nuestro círculo social empezábamos a sentir esa libre manifestación de satisfacción ante la victoria de Bachelet, la cuál hasta se ha calificado de "aplastante" (desde una perspectiva muy fría, ganar con menos del 60% de los votos no me resulta tan aplastante)... El punto es ¿En qué momento nos volvimos tan simpatizantes? Aún recuerdo los miles de reclamos que la gente le hacía al gobierno, y ahora alaban al que se va y vitorean a la que entra.

Quizás y el problema está en que aún elegimos el "mal menor", como alguien que conzco lo dijo una vez. No podemos dejar de asociar a la derecha con la dictadura, por lo que elegir a alguien de aquella coalición requerirá más agua bajo el puente. Pero entonces ¿Por qué no eligen el del otro extremo? Ah, pero es que ahí todo el otro sector protesta e influencia para no perder su piso. Con lo cuál, el "menos" atacado resulta vencedor. Una especie de prueba de resistencia.

Confiemos en que esto termine en buen lugar. Lo dudo, pero la esperanza es lo último que se pierde.

sábado, 18 de marzo de 2006

La fregada vida del compadre Moncho

Hace unos días yo y mi mamá tuvimos la oportunidad de asistir a un concierto que dió la sinfónica de la Universidad de Chile. Más tarde esa noche, fuimos a comer pastelitos al barrio Bellas Artes y miramos cómo frente a nosotros en el monumento a los bomberos se filmaba algo para la tele nacional.

Y ahí dije: "¡Qué fregada la vida de un actor!"

Claro, como toda frase que digo apenas aparece en mi mente, tengo que explicarla. Resulta que, desde mi perspectiva, es difícil actuar. Es muy difícil simular que eres alguien ficticio, alguien que no eres tú. Más difícil aún es simular los sentimientos que el personaje experimenta en el momento de su representación. Y MÁS AÚN que la gente te lo crea.

En ese sentido, me imagino que deben existir técnicas para poder obtener una buena simulación de felicidad, llanto, rabia y demases. De todos modo, mecanizar de tal manera algo que sabemos nos sale cuando nos sale (a menos que lo guardemos para nosotros, lo cuál también nos hace daño) debe de traer alguna clase de problema a la salud, mental o física.

Así que en ese sentido, me que da pensar en dos cosas: O todos los que actuán son increíblemente fuertes, o al final toda esa actuación les traerá consecuencias. Bajo la primera clausula, suponemos que todos los que ingresan a determinado rubro están facultados para ello, lo cuál sabemos que en la práctica no es cierto. Por lo tanto, no todos los que ahora son actores están lo suficientemente preparados para poder mantener un buen abismo entre su vida mental y la de los personajes que interpreta, incluso a nivel subconsciente. En ese sentido, sé que lo que estoy proponiendo como medida de prevención suena casi imposible, pero quién sabe. En una de esas hay alguien que puede hacerlo. Entonces, no nos quedaría más que aceptar lo segundo, aunque no sé si existe alguna prueba empírica de ello (si alguien sabe de alguna investigación referida a esperanza de vida de actores, háganmelo saber).

Tengo que admitir que después de ese análisis aún me quedan algunas dudas. Por ejemplo, si se puede bloquear el efecto absorvente del subconsciente. Pero a fin de cuentas, estoy seguro de algo: No quiero ser actor. A menos que alguien me convenza de ello. En una de esas y lo único que uno tiene que hacer para ser buen actor es saber mentir, qué sé yo.

La Fórmula ¿3?

Bueno, debo admitir que anoche me convertí en una persona normal que carretea, toma y hace imbecilidades por nada. El Eduardo me convenció de hacerlo, y terminamos con viejos amigos (y unos no tanto) diciendo puras huevadas (aunque hubieron momentos de productividad).

Ahora bien, el conflicto llegó cuando, mientras íbamos a comprar hamburguesas, los cabros empezaron a hablar de términos raros. Fórmula 3, sanguinario, tuneado... Miren, ni cuando veía el noticiero del Deutsche Welle quedé más colgado que en ese momento. Al final, admití mi ignorancia, lo cuál dejó un tanto descolocado al grupo, y pedí un cambio de tema.

Ya terminada la recuperación (a pesar de que nunca llegó el dolor de cabeza), al día siguiente (o sea hoy), convoqué al omnipotente Google a responer mi duda ¿De qué hablaban mis contertulios y que debo sabe rpara poder seguirles el hilo después?

La respuesta fue: "¿Y por qué me preguntai a mí si tení la Wikipedia?"

La fórmula 3 se remonta a la postguerra. Ahí se generaron circuitos con autos de 500 cc, más fáciles de construir en esa época. Ya en la actualidad se pueden usar hata 2000 cc de motor, con restricción de toma de aire. Y a pesar de no tener campeonato mundial, se hacen torneos de nivel internacional en muchas partes de Europa y Sudamérica. No lo miren a huevo, si hasta el famosito Schumacher ha participado en estos torneos.

Y bueno, en lo que respecta a autos "tuneados", no es más que jerga para decir que los mejoraron a mano.

Ahora bien, ¿Futuras referencias? Hasta el momento, la wikipedia en inglés y una página sobre la fórmula 3 en Sudamérica. Y la de Chile, pero a esa le falta igual un poco más de empeño.

¡Ah! Y si alguna vez me digno a traducir artículos en la wikipedia, éste será prioritario.

lunes, 13 de marzo de 2006

El discurso

Tuve la oportunidad de asistir a una boda durante mis vacaciones. Los invitados éramos toda la familia, pues todos conocemos a la familia de la novia. Ropa formal, un montón de inviados que no conozco y etétera, pero me interesa hablar del transfondo del asunto y del discurso que nunca ofrecí.

La boda, a pesar de lo bien hecha que estuvo, pue algo deprimente. Había un pastel inmenso, mariachis lanzando disparos, buena música y mucha comida, pero el "dueño de casa", el padre de la novia, quería más y no se lo ofrecieron. Más bebida, más trago. Al final, se enojó con los organizadores y fue a comprar a la botillería de la esquina. Esa escena de la sobrina menor de la novia cargando una botella de whisky con su vestido blanco fue de extremo bizarra. Por lo tanto, el parte en donde se daban los discursos fue suspendida.

Una lástima en realidad. Yo soy muy bueno para dar discursos, y me adjudiqué la oportunidad de darlo en representación de nuestra mesa.

Aún así, la boda no suena del todo deprimente como lo dije anteriormente. La razón recae en el trasfondo de ésta: Los novios. Digamos que la boda fue hecha un poco antes de lo esperado... No, no fue por embarazo, pero desde que se conocieron por internet han pasado sólo seis meses. Y eso se notó en la misa, en donde ambos estaban muy nerviosos sobre qué responderle al cura cuando éste hablaba y les preguntaba por qué entre tanta gente se escogieron. Quizás y fue porque simplemente ellos se sentían solos, bien sé cuántos intentos de bscar pareja hizo la novia en estos últimos años. Aún así, su misma madre me contaba que igual se sentía algo triste, porque no sabía si este matrimonio iba a durar, y si fuese ese el caso, por cuánto tiempo.

No tengo nada en contra de los pololeos por internet, que quede claro. Uno de mis mejores amigos (si no es el mejor de todos) tiene una polola que conoció por internet. Pero de eso ya llevan más de dos años de pololeo, así que se entiende que el periodo de conocimiento entre ellos es suficiente. En realidad, me preocupa que sus ilusiones de haber encontrado a alguien para no estar tan solos se consuma. Sólo espero estar equivocado...

¡Ah! El discurso. Bueno, ya que lo estaba formulando en mi mente después de conversar con la madre de la novia, tuve que considerar el hecho de no mencionar la temporalidad del compromiso, y a la vez hacerlo de tal manera que pudiese resaltar entre los de las otras mesas (de repente y me resurge el orgulo), por lo que resultó más o menos así:

"Bueno, primero que nada quisiera agradecer la invitación. Creo que hasta el momento todo está saliendo bien ¿No? Pero más que nada, quisiera decirles que se sientan afortunados de poder generar una nueva familia. Porque, francamente, lo que importa en la sociedad no es lo que vemos en la televisión. Política, espectáculos, exacerbación... Si al final son ellos los que nos necesitan a nosotros. ¿Qué sería un gobernante sin gente que lo apoye?¿un cantante sin personas que lo escuchen? Si al final son estas ocasiones, a primera vista insignificantes, las que crean la historia mundial. Situaciones tan cotidianas como ayudar a un hijo, conversar con los colegas o compañeros, almorzar en familia, son las que permiten que el reloj social avance. Por eso, y para concluir, confío en que la creación de esta nueva familia, los Orellana Pérez, será un gran aporte a lo que hoy conocemos como "los chilenos".

Muchas gracias"

domingo, 15 de enero de 2006

"Ese idiota es un fanático"

Adivinen. De nuevo me fanaticé con algo. Esta vez fue con deviantART, y no fue para nada algo pasajero. He estado estos últimos meses participando en foros, chateando e incluso haciendo amigo. Tamaña cosa.

Bueno, ahora tengo que hacer mis maletas. Chañaral de Aceituno y sus huiros me esperan par recogerlos. No tendré internet, así que no sabré mucho de lo que ocurre aquí. Menos cuando vuelva (en Febrero o Marzo, no estoy muy seguro), pues cortarán el internet a fin de mes. Por lo que, si antes el encargado de la sala de computación de la Universidad me detestaba por no hacer nada, ahora me verá casi todos los días, haciendo lo que no puedo hacer aqúi, o sea todo lo que hago.

MUAJAJAJAJAJAJA.

Pero no se preocupen. A lo más escribiré menos. Y tengo muchos temas de los cuáles hablar, como por ejemplo:

- Vida virtual. ¿Es un engaño lo que vemos a través de la pantalla? Comentarios de Teresa.
- "De nuevo te fanatizaste con algo" (Marisol). ¿Por qué ocurre eso?
- Posiles motivos de una mudanza a n3rds.
- Por qué mi papá con dos títulos podría ganar menos que mi mamá con un título incompleto.
- Justo, pero JUSTO teníamos que tener 20, 15 y 13. Enfrentando la pre-media-post adolescencia entre hermanos.
- El arte según un científico.
- ¿Es normal soñar con alguien que amas?
- El desconocido arte del Flash.
- Como, como y bajo de peso. Posibles causas y soluciones.
- "PERO VOS SOS LOCO, ¿VISTE?" Compendios a realizar.

Eso, y muchos otros temas más, pronto en "¡¡¡Todo y Nada!!!", y también en "All and None!!!". Con nuevas interfases.

Espero hacerlas... NO ME BORREN, ADMINISTRADORES DE BLOGGER.

Nos vemos.

lunes, 2 de enero de 2006

Este lugar....

Digamos que últimamente he estado metido en otros sitios y dejé mis blogs desatendidos. Incluso, dejé de leer webcomics como rutina. Lo cuál ahora es motivo de alivio para mí, porque me quitarán la conexión a internet dentro de estas semanas y no podré estar como antes, metiéndome cada noche/día y bajando lo que se me da la gana.

Eso sí, debo admitir que mi preparación hacia una vida con internet parcial (pocas noches contectado por modem y usando computadores de la universidad y amigos) ha sido bien asistida por mi amigo Felipe. Aún debo buscar una solución a la música... Gracioso, me sacarán el internet justo cuando le haya comprado un nuevo disco duro y procesador al computador. Oh bien....

Bueno, existe la posibilidad de que me mude. Pero es poco probable. Google me ha ayudado mucho en esto, y creo que hasta que quiera subir música a la internet, no me cambiaré.

¿Optimismo? No, sueño. Escribiré después.