sábado, 18 de marzo de 2006

La fregada vida del compadre Moncho

Hace unos días yo y mi mamá tuvimos la oportunidad de asistir a un concierto que dió la sinfónica de la Universidad de Chile. Más tarde esa noche, fuimos a comer pastelitos al barrio Bellas Artes y miramos cómo frente a nosotros en el monumento a los bomberos se filmaba algo para la tele nacional.

Y ahí dije: "¡Qué fregada la vida de un actor!"

Claro, como toda frase que digo apenas aparece en mi mente, tengo que explicarla. Resulta que, desde mi perspectiva, es difícil actuar. Es muy difícil simular que eres alguien ficticio, alguien que no eres tú. Más difícil aún es simular los sentimientos que el personaje experimenta en el momento de su representación. Y MÁS AÚN que la gente te lo crea.

En ese sentido, me imagino que deben existir técnicas para poder obtener una buena simulación de felicidad, llanto, rabia y demases. De todos modo, mecanizar de tal manera algo que sabemos nos sale cuando nos sale (a menos que lo guardemos para nosotros, lo cuál también nos hace daño) debe de traer alguna clase de problema a la salud, mental o física.

Así que en ese sentido, me que da pensar en dos cosas: O todos los que actuán son increíblemente fuertes, o al final toda esa actuación les traerá consecuencias. Bajo la primera clausula, suponemos que todos los que ingresan a determinado rubro están facultados para ello, lo cuál sabemos que en la práctica no es cierto. Por lo tanto, no todos los que ahora son actores están lo suficientemente preparados para poder mantener un buen abismo entre su vida mental y la de los personajes que interpreta, incluso a nivel subconsciente. En ese sentido, sé que lo que estoy proponiendo como medida de prevención suena casi imposible, pero quién sabe. En una de esas hay alguien que puede hacerlo. Entonces, no nos quedaría más que aceptar lo segundo, aunque no sé si existe alguna prueba empírica de ello (si alguien sabe de alguna investigación referida a esperanza de vida de actores, háganmelo saber).

Tengo que admitir que después de ese análisis aún me quedan algunas dudas. Por ejemplo, si se puede bloquear el efecto absorvente del subconsciente. Pero a fin de cuentas, estoy seguro de algo: No quiero ser actor. A menos que alguien me convenza de ello. En una de esas y lo único que uno tiene que hacer para ser buen actor es saber mentir, qué sé yo.

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