No esperaba llegar y ver el cemento vacío. No veía ninguna señal de vida humana. No habían ronquidos ni conversaciones. No había un saludo de bienvenida...
Yo cargaba el peso de una inminente renuncia al darme cuenta de ello. El motivo eran los precisos ausentes... Y no estaban. ¿Luces encendidas? Sí. Se fueron hace poco. ¿Comida? Sí, la del almuerzo. ¿Mensajes? Sí... Está en la mesa. Junto a los pasajes del Lunes y alg de dinero
Me recomienda tomar mis remedios, llevar la ropa necesaria para el viaje, dejar la casa asegurada, no meterme al computador y dormir en la cam y no en el sofá.... Desobediente, me metí igual.
Lo más extraño es que, o fue escrito en un momento de urgencia, o simplemente ya me ven como un adulto. Porque simplemente no había saludo, despedida ni mensaje que me de algo de suerte. Como si esto fuese un periodo tan corto, que cundo llegue a destino será como haer vuelto del trabajo... Un trabajo de tres dís seguidos...
No sé si sentirme solo por esto. No sé si es un desafío. No sé si, la mano que antes me tendían, fue sacada y me abofeteó del otro lado... Simplemente, seguiré viviendo.
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