miércoles, 14 de septiembre de 2005

¿Debería?...

Creo que me debo una disculpa. Es que no quiero sonar melancólico, pero me la debo. No debí hacerle caso.

No quiero hablar de ello. Me asusta pensar que mi vida es así, tan desinteresada. Veía un niño tan bueno que. No hay más que hablar, excepto cuando ves el parque en tu mente y no sabes si éste existe. Aún así quiero disculparme conmigo.

No hay peor ciego que el que no quiere ver, me dijo alguien cuando me caí al precipicio. Estaba ensimismado en mis pensamientos, y te caes. Yo caigo. Nosotros caemos. Vosotros os alejáis... Ellos se duermen.

Y entre esas voces, tu zumbido era el menos perceptible. ¡Ay, de mí y mis grandes orejas! Si las telenovelas no son más que una cámara y unas cuantas vidas. Mézclense con porciones razonables de verdad y exageradas de lujuria. Añada agua de lágrimas y un nacimiento. Sírvase frío, para tentar a los comensales. Y así y todo lo que dicen es cierto.

Sí, quisiera disculparme. No me he olvidado de ello. Una actitud egoísta es en conclusión mi pecado. ¿O no es así? Quiero que sean felices, pero yo no. Yo me marchito para ahorrar agua que ellos gastan a destajo. Me gustaría que supieran razonarla, pero nadie escucha a las flores marchitas. Las arrancan del ramo y volvemos a nuestro asunto.

Sí, sé que no se entiende nada. Por eso me disculpo con ustedes también. ¿No recuerdan por qué están aquí? Sí, según parece. No, es lo que pienso. ¡Cierren las escotillas! That's the whale, the one who makes me suffer everyday... O sonito do mi cuore...
Y claro, debo disculparme. Pero aún no lo hago, pues no me perdono. Soy una persona muy tímida, que ni se atreve a confesar sus secretos. Porque no puede. Porque simplemente no puede. Sabe que sí, pero no puede. Mírenlo, sufriendo sin razón.

Perdón.

Ah, qué bien hace disculparse... ¿Y por qué quería?

No hay comentarios.: