miércoles, 24 de agosto de 2005

Pasear

¡Cómo cambian los planes! En un instante piensas que vas a entregar un libro, al otro estás en una micro conversando de lo lindo y al otro no sabes qué hacer y por qué no hiciste lo primero. Y claro, un consejo de mi gran amigo Felipe era inminente de pedir.
Bueno, en parte su consejo tenía algo de razón. "¿Por qué no te pierdes más seguido?" O algo así. Muy cierto, si salgo lo hago con un objetivo claro, nada muy disparatado. Claro, puedo demorarme en el trayecto, pero igual llego. Nada de gracia tiene, en vez de ese paseo post-cumpleaños del cual aún puedo sentir el dolor de cabeza bien oculto... Les recomendaría no mezclar fuerza centrífuga con gomitas cítricas y agua con naranja.
Así que bien por mí, salgo de la micro y me dirijo a la casa de Marisol, que (no sé si por suerte o no) no estaba. Nadie estaba. ¿Qué hacer?... Ah, pero tenía que entregar un libro, igual haré lo primero que me propuse.
Espero encontrar la calle, nunca he ido a esa casa. Un poco terrorífico que me sepa la dirección de memoria, pero está bien en estos casos. A perderse, no más... Ojalá y haga esto más seguido.

No hay comentarios.: